Hernán
Roberto Meneses M
El país austral vivió desde mayo hasta
noviembre de 2011 una ola de manifestaciones crecientes, primero desde los
establecimientos de educación superior y después los de nivel medio y aun de
amplios sectores de la población acompañando la protesta.
Cinco temas marcaron las exigencias de los
estudiantes: financiamiento, lucro, calidad, acceso y equidad, rol del Estado.
Las posiciones de los estudiantes y del
gobierno se encuentran en oposición ideológica: Los primeros reclaman gratuidad,
establecimientos públicos, un aparato estatal de ciencia y tecnología, un papel
del estado como garante y regulador.
Por su parte Piñera, no obstante la protesta,
endureció la política neoliberal, menos presupuesto para las universidades
públicas, pero más subsidios a las privadas, sobre el particular el rector de
la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso: Claudio Elórtegui dijo: “Efectivamente, no hay incremento real de los
aportes y debería haberlos, porque los recursos fiscales por alumno hoy día son
inferiores a los que había en los 80. Esa es una de las razones por las cuales
las universidades han incrementado sus aranceles.”
Triunfo de las protestas, claro, las tasas de
interés bajaron del 6% al 2% por año, y se abrió paso la renegociación de 110
mil créditos con problemas. Un ganador de carambola, el sistema financiero
chileno que ha otorgado los créditos ahora recibirá el diferencial del 4%.
Sobre la calidad, los estudiantes han pedido
mayores exigencias para las acreditaciones, sin embargo la entidad responsable
sigue envuelta en escándalo por corrupción. Esto dice la web del Centro de
Investigación e Información Periodística (consultada 31 enero de 2012) “el ex Director de la Comisión Nacional de Acreditación
, Eugenio Díaz, garantizó la acreditación institucional de la Universidad del
Mar a cambio de 60 millones de pesos”.
Las
entidades encargadas del control como superintendencias y comisiones de
regulación, terminan en manos de los propios controlados, lo que se ha dado en
llamar en Colombia,la puerta giratoria, pasar de controlado a controlador (o
viceversa). Sobre este asunto, el doctor Jaime Millán en su libro Entre el
Mercado y el Estado (2005), destaca este asunto como una debilidad de los
procesos de privatización del sector eléctrico en América Latina.
No obstante, no se puede adelantar a concluir
que los movimientos chilenos fueron
vanos. Si bien el gobierno no va acceder a cambios sustanciales en la
estructura del estado, rol, prioridad en el gasto, ha quedado en la sociedad la
idea que la educación es el principal vehículo de movilidad y cohesión social
en el mundo contemporáneo y probablemente sean la cimiente de cambios de
tendencia en el próximo gobierno.
El caso colombiano, se nutre de la experiencia
austral, la sociedad colombiana, como la chilena, espera un sistema educativo
mas transformador de la sociedad, los acontecimientos por venir nos dirán de la
madurez y del aprendizaje del movimiento estudiantil.
Pesa sobre los jóvenes una esperanza de
mejores días para Colombia. Quienes tenemos vinculación con la universidad
estamos en pie para contribuir al cambio.
Pereira, Agosto 27 de 2012
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