Por HR Meneses
Se cumple este mes 25 años de la elección popular de
Alcaldes, inicialmente por periodos de dos años, después de 3 años y en la
actualidad por 4 años de mandato.
El primer Alcalde Popular, el Ingeniero Industrial Jairo
Arango Gaviria gana las elecciones en una coalición amplia con el Partido
Conservador y la desaparecida Unión Patriótica al frente del inmolado educador
y hombre del pueblo Gildardo Castaño Orozco.
Uno de los elementos para analizar la alta dirección, es la
rotación en la gerencia, visto así, Pereira ha tenido 9 alcaldes en 25 años.
Esto es, un promedio de 2.7. La dirección estratégica necesita periodos más
largos, claro en adelante, por 4 años
En un estudio de caso adelantado por el economista Yesid
Soler sobre los avances de Bogotá en los últimos 25 años, destaca el papel de
los medios, la academia y los esquemas de control ciudadano como “Bogotá, Cómo
vamos”. Bogotá es un modelo exitoso de gobernanza, esta probado que el que lo
hace bien se premia y si lo hace mal se castiga. Y esa es la mayor virtud de un
sistema. La capacidad para auto alimentarse positiva o negativamente. Los
medios de comunicación juegan un papel preponderante, se puede afirmar que la
administración de Bogotá es un reality, las cámaras de TV, los micrófonos de
los reporteros, los columnistas esta atentos a lo que pasa en esa caja de
cristal. Por el otro lado las universidades de Los Andes, Nacional, Javeriana,
entre otras, realizan importantes aportes sobre la evolución de los principales
indicadores de la ciudad, no solo del gobierno.
Contar con un sentido del largo plazo, con acuerdos por lo
fundamental, son la clave del éxito. En relación con la exitosa operación de
una empresa pública como EPM de Medellín veamos las reflexiones de dos de sus
ex gerentes, Juan Felipe Gaviria “para el presente de EPM, fue providencial
haber tenido, por un periodo de 10 años, a un gerente como Diego Calle, quien
dejó sentadas las reformas estructurales de la empresa.” En relación el modelo de gestión el Doctor
Federico Restrepo (actual gerente de Autopistas de la Prosperidad) expresa, “el éxito de una compañía no radica en su
naturaleza privada o pública, sino en el modelo de gestión que aplica y se deja
aplicar a su directiva.”
La Pereira de los años 50 al 90 contaba con un acuerdo
tácito, fundamental, la convicción de realizar proyectos de muy largo plazo, la
necesidad de trabajar de manera asociada entre públicos y privados, un
alineamiento estratégico, esa puede ser la definición del “Civismo Pereirano”.
La apertura económica, la llegada de las superficies a
competir con el comercio local, fue debilitando la estructura económica de
Pereira, paralelamente se produjo un vaciamiento del capital social y humano,
esto es, las generaciones de los patriarcas se educaron y no heredaron los
negocios, una crisis muy documentada en la historia empresarial, las segundas y
terceras generaciones de las empresas familiares no son exitosas. Eso nos pasó.
Una reducción del capital, una menor participación de las empresas autóctonas
en la formación del PIB, más la diáspora,
han permitido una nueva estructura de poder con menos alcance, con menos
control ciudadano, con menos intereses generales.
Pereira, necesita un acuerdo de largo plazo entre todos, los
políticos, en primer plano, las organizaciones de la sociedad civil, la
academia, los ciudadanos de a pie. Ese que fue el primer regalo para la ciudad,
una idea de futuro, el ejercicio de prospectiva y el siguiente paso, la
movilización social están perdidos en lugares comunes sin despertar entusiasmo.
Se nos esta pasando la oportunidad de lograr con ocasión del Sesquicentenario
un Nuevo Acuerdo por 100 años, por 50 años, por 20 años, por 10 años, por
cualquier cosa. Pongámonos de acuerdo en algo, hagamos algo como proyecto de
sociedad. Hay una expresión para denominar a las sociedades que no lo alcanzan.
Sociedades fracasadas.
El modelo de elección popular de alcaldes para que sea
exitoso necesita de más sociedad civil. De esa pocon, pocon.
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