Ha cerrado la legislatura del Congreso con la aprobación de la reducción de las transferencias a municipios y departamentos. La discusión no es en términos de cuanto se gastan las regiones, sino quién ordena el gasto. Los impuestos que pagamos los colombianos finalmente se gastan, ordenados por gobernadores y alcaldes o por el gobierno central. La inversión central ordenada en Bogotá o en los consejos comunales pasó de 1.8 billones en 2002, a 10.2 billones en 2006, un incremento del 500%.
La ronda 2006 de la encuesta realizada por la Universidad de Vanderbilt (Nashville, USA) en 12 países de América Latina desde hace 20 años para medir el desarrollo de la Cultura Política de la democracia señala para Colombia, en relación con los gobiernos locales que, el 64% de la población se inclina a : “El gobierno nacional debe asumir mayores gastos municipales” a su vez, solo el 10% esta dispuesto a “pagar mas impuestos a la municipalidad para mejorar los servicios”, en esta categoría Colombia ocupa el nivel mas bajo de la muestra de países. La encuesta revela también una mayor confianza en el gobierno nacional frente a departamentos y municipios. He aquí una clave a la reforma a las transferencias.
La Federación de Gobernadores calcula en $50 billones la reducción de las transferencias entre 2008 y 2016, recursos suficientes para mejorar la cobertura del Sisben, y la educación, invertir en saneamiento básico en acueductos y alcantarillados en campo y la ciudad, tatintata…
El Gobierno por su parte, afirma que no puede atar las transferencias al comportamiento de los Ingresos Corrientes de la Nación –ICN- y los define en la reforma sujetos al Indice de Precios al Consumidor –IPC- mas (una cifra variable entre 3%-4%) hasta el 2016. Lo cierto es que los ICN han crecido a mas del 10%, descontada la inflación, desde el 2002 y las transferencias no han crecido por encima del 8% anual, en cambio el déficit fiscal ha aumentado, el gobierno nacional gasta a manos llenas, se han mejorado sus ingresos.
Lo que esta claro es que el gobierno central apoyado en sus mayorías en el congreso y en la percepción de los ciudadanos, acumulará mayores recursos.
Contrastan los buenos resultados en el recaudo de impuestos nacionales, cada vez más altos, con las inversiones en Risaralda. Definitivamente en el Plan de Desarrollo 2006 – 2010 no habrá recursos para la Variante Sur – Sur, no se concluirá la Autopista del Café y del total del recaudo en la Administración de Pereira, con cifras del año 2004, solo nos devuelven el 88%, frente al 1000% de Pasto, Armenia (228%), Manizales (121%), Bucaramanga (131%), Ibagué (292%), Neiva (334%).
Risaralda y Pereira, estarán muy en la periferia de la distribución, pues al pastel llegan con dientes los que tienen representación, es decir, los grandes, Antioquia, Valle, la Costa, y si además no pertenecemos a la línea política del gobierno central, de aquí al 2016 la veremos muy complicada.
La participación de las transferencias nacionales en los ingresos fiscales del Municipio de Pereira es del orden del 50%, visto de alguna manera son socios en la mitad, la intromisión en los asuntos fiscales territoriales con la Ley 617, seguramente se profundice, un mayor control a municipios y departamentos esta por venir.
Una estrategia será tener cuentas claras, software de medición de indicadores y muy especialmente buenos proyectos de carácter regional para presentar al gobierno nacional que tendrá más recursos. La gestión nacional a proyectos será pieza clave.
Pereira debe abanderar el liderazgo regional, aprovechar su condición de centro de centros, presentarnos como el centro de una región de 2.7 millones de habitantes, consolidar el territorio, el mercado, la economía. Un proyecto en este sentido es un Sistema de Transporte Regional que integre a los 92 municipios del Eje Cafetero con los sistemas masivos de transporte.
Artículo publicado en la edición impresa de La Tarde (Pereira, Colombia) del 26 Junio de 2007
No hay comentarios.:
Publicar un comentario