El Presidente Uribe tiene una formación de tecnócrata con énfasis en manejo de conflictos. Vamos a explorar a la luz de estudios sobre los conflictos internos, la lógica o razones de estado del proceder del gobierno.
En el estudio “Las causas económicas del conflicto civil y sus implicaciones de política” Collier (1998), realizado para el Banco Mundial, se afirma que las guerras civiles y conflictos internos no están correlacionadas con medidas objetivas de injusticia, reclamo o penurias, tales como ausencia de democracia, inequidad o divisiones religiosas o étnicas. Los factores que generan conflicto no son estas causas objetivas sino las posibilidades de lograr ingresos por las actividades de guerra; “... la viabilidad financiera de una organización rebelde es la causa de la guerra civil...”
Dicho en términos latos, mientras haya narcotráfico, habrá guerrilla, autodefensas y grupos ilegales que dominen o fraccionen el territorio para obtener ganancias de los negocios ilegales.
Comentando los trabajos del BM, el entonces director de Planeación, Santiago Montenegro en marzo de 2003 trae estas cifras, entre los años 1995 -2003 las hectáreas cultivadas de coca pasaron de 10 mil a 130 mil, los combatientes (guerrilla + paramilitares) aumentaron de 18 mil a 45 mil y los homicidios de 20 mil a 25 mil por año. Hay pues evidencias empíricas que confirman las actividades que financian la guerra se convierten en un fin en si mismo, como el mismo poder.
La política de seguridad democrática, en un balance realizado por la Fundación Seguridad & Democracia bajo la dirección de Alfredo Rangel, señala para el periodo 2002-2006 las siguientes resultados, méritos: Haber puesto el tema de la seguridad como punto central de la agenda política, llevando el gasto militar del 1.9% al 3.0% del PIB, reducción de homicidios, secuestros, daños a la infraestructura, la desmovilización de cerca de 30 mil combatientes de los paramilitares.
Los Lunares de acuerdo con el mismo documento: Falta de actividad militar en las fronteras, hay identificadas mas de 100 rutas para el tráfico ilegal de drogas y armas, crecimiento del poder paramilitar en las regiones, en las infiltraciones en todas las agencias del gobierno incluidas la fuerzas armadas y la seguridad, la oferta de la droga en Estados Unidos se mantiene (toneladas de droga enviada), la seguridad en las vías es incompleta, especialmente en tramos tan importantes para la economía, aun permanecen cerrados en la noche los tramos: Bogotá – Medellín, Pasto – Tumaco, Buenaventura – Loboguerrero, los homicidios de maestros y alcaldes han aumentado, y el accionar de la guerrilla aunque replegada, se mantiene en múltiples frentes.
Los territorios despejados por los paramilitares no es posible ocuparlos plenamente por la fuerza pública, el deterioro de la seguridad, según el mismo informe, es “cuestión de tiempo”.
En el año 2005 se sucedieron 1797 combates y se infligieron 2578 bajas a los grupos insurgentes, frente a 1957 combates y 2748 bajas en el año 2004. La capacidad operativa de las fuerzas militares, de acuerdo con las cifras de la Fundación Seguridad y Democracia está llegando al límite.
En los primeros 4 años del gobierno Uribe, la estrategia de pasar a la ofensiva, propinar golpes militares, obligar a un repliegue territorial y táctico pareciera dar resultado. En el frente político se ha desligitimado su condición política, y en el plano internacional se le han cerrado audiencias especialmente en Europa y en algunos sectores de Estados Unidos, al hacerlos incluir en la lista de terroristas.
De acuerdo con lo expresado por el asesor presidencial José Obdulio Gaviria, la política de seguridad democrática esta entrando a la segunda fase, en el que debilitada la posición militar y política de la guerrilla se pasa a un proceso de negociación de la paz, mas cercana a una rendición que a un pacto político.
En este marco contextual, el gesto unilateral del gobierno de liberar unos presos de la guerrilla y a forzar una intermediación a través del señor Rodrigo Granda, esta orientado a “fortalecer” la política de seguridad democrática y a ganar “respeto” en la comunidad internacional a tal política. Fortalecimiento y respeto son los términos destacados por el presidente en la alocución de junio 4 de 2007.
Qué debemos entender por el “fortalecimiento” de la política de seguridad democrática si no es la planeación de un rescate a sangre y fuego de los rehenes en caso que, al paso de unas semanas o pocos meses, no haya respuesta favorable de las FARC?
Qué debemos entender por “respeto” de la comunidad internacional ?. Pues no es otra cosa que el apoyo, por lo menos de los presidentes Sarkozy y Bush, para una vez agotada la vía de la mano extendida y el gesto unilateral y previa intervención de los denominados “países amigos” liderados por el presidente de Francia, intentar la liberación de los rehenes y el proceso de negociación. Pero en caso negativo, aprobar el rescate a sangre y fuego incluida una eventual participación de comandos militares de élite de Francia y Estados Unidos o por lo menos una asesoria estratégica y logística.
Como en el juego de la tele, o el presidente esta cañando con los resultados y las previsiones de una derrota militar a las FARC o en efecto el cálculo esta de su lado y la operación tiene alta probabilidad de éxito militar.
Ojala, no debamos repetir lo escrito por William Ospina frente al rescate del Gobernador Guillermo Gaviria y el doctor Gilberto Echeverri: “Matar colombianos, aún de los peores, no puede ser la prueba de una política que resuelva los problemas del país. Hablo con lágrimas en los ojos ante los despojos venerables del gobernador Gaviria y de sus compañeros. Hablo en nombre de los que creemos en la civilización, en la democracia, en el respeto por los demás, en el reclamo más profundo que hace cada día Colombia: no un reclamo de opulencia, no un reclamo de propiedad, no un reclamo de victoria, sino un elemental reclamo de dignidad. Hablo en nombre de los que andamos desarmados, de los que procuramos no ser una amenaza para nadie, de los que cualquiera puede matar en cualquier parte.”
Amanecerá y veremos, dijo el ciego, amaneció…
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