sábado, enero 21, 2006

PEREIRA AÑOS 70

En compañía de mi entrañable tía Laura, visitaba los sábados la Galería de Pereira, le hacíamos visita a Don Moises Jaramillo, mayorista de granos, y persona de gran prestigio e influencia en la ciudad. Pasábamos por los amplios corredores tomando, de allí, de allá o de acullá, frutas, verduras frescas, mantequilla de vaca, queso. Al paso, degustaba bananos, moras, uvas, granadillas, uchuvas, mangos, guamas, sólo bastaba tomarlas, pues no hacían parte de la factura; ahora en el supermercado un letrero ordena, “Cancelar los alimentos antes de consumir”.

El mercado era llevado por un mensajero en un canasto de mimbre, echado a cuestas y fijado a su cabeza con una cincha de fique. Con paso firme llegaba a su destino, donde una limonada con aguapanela y un poco de respiro acompañaban su remuneración.

Repaso los recuerdos de los años 70 y no logro ver mendigos, indigentes, niños de la calle, desplazados. Tampoco pasan por mi memoria lujosos vehículos, u opulentos hombres, rodeados de guardaespaldas.

La radio se ocupaba de temas de ciudad, el periódico, un tabloide impreso en linotipo, “El Diario” de don Alfonso Jaramillo Orrego, daba paso a un periódico de “rotativa”, mas moderno, La Tarde, dirigido por un joven constructor de sueños, el ex alcalde Iván Marulanda, conocido entre sus contemporáneos como “palillo”, hoy aspirante al Senado por el Liberalismo, después de haber sido Constituyente y Senador por el Nuevo Liberalismo al lado de Luis Carlos Galán, el mas grande líder del siglo XX, que advirtiera los peligros del narcotráfico en la sociedad; las “purgas” recientes confirman sus temores y los efectos perversos en la sociedad y la política.

La prensa ejercía un papel de control importante con periodistas como Cesar Augusto López Arias, temido por su triple nexo, radio, prensa escrita local y corresponsal de El Tiempo.

Los Gremios y los Dirigentes Públicos tenían agenda común: el Departamento de Risaralda, la modernización de los servicios públicos, la ampliación del aeropuerto, la pavimentación de las conexiones con Bogotá, Medellín y Cali y la atracción de nuevas empresas, entre otras.

Pero entonces, llegaron empresas de otras regiones que desplazaron los grandes comerciantes pereiranos, José Carlos Ángel, Juan Antonio Mejía, Horacio Ramírez, Miguel Ilian, Bernardo Ángel, Valencia Hermanos, ellos cedieron o perdieron , ahora la plaza está en manos de empresarios de otras regiones.

Hoy en día, los intereses privados locales de mayor relevancia, no tienen una expresión consolidada de ciudad o región. El diálogo y los intereses comunes entre lo privado y lo público se hicieron menos convergentes.

En los años 70 concluyó el civismo, que podría definirse como el alineamiento de los intereses comunes del séctor público y privado, desde la primera ola industrial de Pereira en 1920-1940 (Jabón La Flor, Gaseosas Grifo).

Los Gremios perdieron relevancia porque los actores principales y medios de comunicación más influyentes de la sociedad, no tienen sede en la ciudad. Como decía mi tía Laura, “En Pereira no hay ya con quien hablar”. Los créditos los aprueban en una “fábrica” en Bogotá” el gerente de la empresa tal está en París o Medellín o Cali.

Hoy recorren las calles niños y ancianos indigentes, unos y otros sin futuro. Al evocar a Pereira de los años 70 debo afirmar, que bueno que hoy, por lo menos, fuera como ayer.

Nuestro país se ha deteriorado en aspectos cruciales, la concentración del ingreso y el empleo; las mejoras como, esperanza de vida, acceso a la educación e infraestructura, quedan opacadas ante los índices de necesidades insatisfechas, pobreza y miseria.

Sobre la evaluación del modelo Neo Liberal decía Enrique Iglesias, director por 18 años del Banco Interamericano de Desarrollo – BID-, “Al insistir en reducir el tamaño de los gobiernos, perdimos de vista cuáles eran las instituciones que debíamos fortalecer, y de ellas, sin duda, la mas importante es la de los partidos políticos, privilegiamos el dialogo con los tecnócratas; fue un error”.

Un pacto por el futuro debe empezar por reconstruir la credibilidad de las instituciones políticas, los gremios, las juntas de padres de familia, las juntas del condominio, las del edificio, las gremiales. A participar!!

Los ciudadanos debemos soñar, los líderes deben avivar ese proceso. Buscamos senadores, representantes, diputados y concejales con capacidad de encausar y realizar los sueños de una sociedad que no se ha estrenado la expresión “mejor futuro”!!

2 comentarios:

CRONICAS VALLENATAS dijo...

Que buena evocación de los años 70 en Pereira.

Muy interesante lo que comenta sobre CESAR AUGUSTO LÓPEZ ARIAS, sobre el papel de control que ejercía en la ciudad y vale la pena anotar el nexo con la Universidad Libre Seccional Pereira del cual fue uno de los más importantes directivos.

Un saludo.

JAIME HUMBERTO MEDINA MEDINA

Anónimo dijo...

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