Se cumple en Junio de 2013, 25 años de la elección
popular de Alcaldes, inicialmente por periodos de dos años, después de 3 años y
en la actualidad por 4 años de mandato.
El primer Alcalde Popular, el Ingeniero
Industrial Jairo Arango Gaviria gana las elecciones en una coalición amplia con
el Partido Conservador y la desaparecida Unión Patriótica al frente del
inmolado educador y hombre del pueblo Gildardo Castaña Orozco.
Uno de los elementos para analizar la alta
dirección, es la rotación en la gerencia, visto así, Pereira ha tenido 9
alcaldes en 25 años. Esto es, un promedio de 2.7. La dirección estratégica
necesita periodos más largos, claro en adelante, por 4 años
En un estudio de caso adelantado por el
economista Yesid Soler sobre los avances de Bogotá en los últimos 25 años,
destaca el papel de los medios, la academia y los esquemas de control ciudadano
como “Bogotá, Cómo vamos”. Bogotá es un modelo exitoso de gobernanza, esta
probado que el que lo hace bien se premia y si lo hace mal se castiga. Y esa es
la mayor virtud de un sistema. La capacidad para auto alimentarse positiva o
negativamente. Los medios de comunicación juegan un papel preponderante, se
puede afirmar que la administración de Bogotá es un reality, las cámaras de TV,
los micrófonos de los reporteros, los columnistas esta atentos a lo que pasa en
esa caja de cristal. Por el otro lado las universidades de Los Andes, Nacional,
Javeriana, entre otras, realizan importantes aportes sobre la evolución de los
principales indicadores de la ciudad, no solo del gobierno.
Contar con un sentido del largo plazo, con
acuerdos por lo fundamental, son la clave del éxito. En relación con la exitosa
operación de una empresa pública como EPM de Medellín veamos las reflexiones de
dos de sus ex gerentes, Juan Felipe Gaviria
“para el presente de EPM, fue
providencial haber tenido, por un periodo de 10 años, a un gerente como Diego
Calle, quien dejó sentadas las reformas estructurales de la empresa.” En relación el modelo de gestión el Doctor
Federico Restrepo (actual gerente de Autopistas de la Prosperidad) expresa, “el éxito de una compañía no radica en su
naturaleza privada o pública, sino en el modelo de gestión que aplica y se deja
aplicar a su directiva.”
La Pereira de los años 50 al 90 contaba con
un acuerdo tácito, fundamental, la convicción de realizar proyectos de muy
plazo, la necesidad de trabajar de manera asociada entre públicos y privados,
un alineamiento estratégico, esa puede ser la definición del “Civismo
Pereirano”.
La apertura económica, la llegada de las
superficies a competir con el comercio local, fue debilitando la estructura
económica de Pereira, paralelamente se produjo un vaciamiento del capital
social y humano, esto es, las generaciones de los patriarcas se educaron y no
heredaron los negocios, una crisis muy documentada en la historia empresarial,
las segundas y terceras generaciones de las empresas familiares no son
exitosas. Eso nos pasó. Una reducción del capital, una menor participación de
las empresas autóctonas en la formación del PIB, más la diáspora, han permitido una nueva
estructura de poder con menos alcance, con menos control ciudadano, con menos
intereses generales.
Pereira, necesita un acuerdo de largo plazo
entre todos, los políticos, en primer plano, las organizaciones de la sociedad
civil, la academia, los ciudadanos de a pie. Ese que fue el primer regalo para
la ciudad, una idea de futuro, el ejercicio de prospectiva y el siguiente paso,
la movilización social están perdidos en lugares comunes sin despertar
entusiasmo. Se nos esta pasando la oportunidad de lograr con ocasión del
Sesquicentenario un Nuevo Acuerdo por 100 años, por 50 años, por 20 años, por
10 años, Pongámonos de acuerdo en algo, construyamos un proyecto de sociedad. Hay una expresión para denominar a las sociedades que no
lo alcanzan. Sociedades Fracasadas.
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