miércoles, noviembre 16, 2011

¿En Pereira, puede ocurrir lo de Manizales?

Si. El único canal de conducción entre la bocatoma y las plantas de tratamiento esta sometido a una amenaza geológica y a una vulnerabilidad creciente por el invierno. (Riesgo = Amenaza x Vulnerabilidad), una falla en ese conector de red deja por fuera todo el sistema.

En la bocatoma se presenta una amenaza adicional, la avalancha, pero es probable que los riesgos sean menores, la estructura podría soportar condiciones críticas.

La situación de Manizales y las reacciones de la ciudadanía no parecen haber afectado decididamente el resultado de las elecciones o manifestaciones ciudadanas. El cubrimiento de los medios nacionales, la atención de columnistas como Héctor Abad y Aura Lucia Mera quienes en El Espectador han señalando la pasividad de los ciudadanos, parece cambiar cuando en la noche del 9 noviembre, el Diario La Patria, en su página web, titula en linea, “8:27 Asi se ve la marcha” de 7000 indignados en Manizales, refiriéndose a la protesta por la nueva tragedia donde mas de 40 personas perecieron por un alud de tierra en el barrio Cervantes.

En Pereira, una situación como el de la bocatoma de Manizales ya nos ocurrió. En 1987, un tramo de la conducción fue arrastrada por un desprendimiento en masa, para entonces, se desempeñaba como gerente de las EE.PP de Pereira el ingeniero Luis Enrique Arango y como Alcalde el ingeniero Gustavo Orozco Restrepo, la situación manejada con profesionalismo y apoyo solidario de la Nación fue resuelto en el término de 10 días.

La banca de la vía La Florida – Libaré, se encuentra interrumpida por deslizamientos en el mismo sector por donde se extiende el único canal de conducción de los pereiranos, señal clara que la vulnerabilidad en la zona es creciente y activa.

Hacemos un llamado al Diario La Tarde y a “Pereira, Cómo Vamos” a llamar en una mesa de trabajo a las autoridades nacionales, Ingeominas, Ministerio del Interior (responsables del tema de atención de desastres) y localmente a las autoridades y al operador del acueducto para evaluar el riesgo a que estamos sometidos.

Una situación como la vivida por Manizales recientemente o Pereira en el pasado influye de manera drástica en el aparato económico, en la salud, en la educación y de manera muy especial damos unas señales muy malas de fragilidad en los sistemas de provisión de los servicios básicos. Atraer inversión, turismo, en condiciones como las anotadas no es fácil.

Una situación similar en cuanto a cortes de energía se esta presentando en el servicio, de lo cual nos ocuparemos en próxima ocasión.



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